( Natural News ) El sistema médico se está haciendo el tonto en lo que respecta a los efectos adversos causados por las vacunas contra el coronavirus (COVID-19), culpando de su aparición(https://www.zerohedge.com/medical/scientists-scramble-identify-culprit-behind-covid-vaccine-allergic-reactions) a un aditivo para vacunas relativamente común, aunque tóxico, conocido como polietilenglicol (PEG). Sin embargo, la tecnología del ARN modificado no probado (ARNm) es más que probable que sea el verdadero culpable.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), hasta ahora se han registrado “al menos seis reacciones alérgicas graves” a la vacuna contra el coronavirus de Pfizer/BioNTech. También se han notificado al menos dos casos de anafilaxia en el Reino Unido.
Al tratar de esquivar el componente de ARNm de la vacuna, que nunca antes se había utilizado en una vacuna, los medios de comunicación principales han señalado al PEG como la causa potencial – el PEG es el aditivo industrial basado en el petróleo que rodea al ARNm como una burbuja para llevarlo a las células.
Las moléculas de lípidos aceitosos que rodean al ARNm son estabilizadas por el PEG, permitiendo que la secuencia completa se inserte en las células humanas para su reprogramación. El resultado final es la producción a nivel celular de proteínas sintéticas “de espiga” que el cuerpo supuestamente reconoce como el coronavirus, impulsándolo a luchar contra la enfermedad como parte de una respuesta inmune genéticamente modificada (OMG).
“Aunque creo que solo estamos especulando aquí … se sabe que uno de los componentes que está presente en ambas vacunas – el polietilenglicol – puede estar asociado, de manera poco común, con reacciones alérgicas”, declaró Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), en una conferencia de prensa el 18 de diciembre.
“Lo que estamos sabiendo ahora es que esas reacciones alérgicas podrían ser algo más comunes que lo que pensábamos que eran porque la gente se expone al polietilenglicol en varias preparaciones farmacéuticas”, agregó Marks, señalando que la FDA planea también vigilar el lanzamiento de la vacuna de Moderna “muy de cerca” ya que ambas vacunas contienen PEG.
En su propia declaración, Pfizer indicó que también planea “vigilar de cerca todos los informes que sugieran reacciones alérgicas graves después de la vacunación”. Pfizer también declaró que su información de prescripción incluye una advertencia acerca de cómo “el tratamiento y la supervisión médica apropiados deben estar siempre disponibles en caso de un raro evento anafiláctico después de la administración de la vacuna”.
Si te inyectas una vacuna contra el COVID-19, te convertirás en un OMG (Organismo Genéticamente Modificado)
La suposición, en otras palabras, es que el PEG es el problema, y las personas que son alérgicas a ella deberían simplemente evitar la inyección, bastante simple. ¿Pero qué pasa si el PEG no es lo que realmente está causando los eventos adversos graves? ¿Y si las vacunas contra el coronavirus son una agresión tan grave al cuerpo humano y a sus modelos naturales de ADN que estas reacciones anafilácticas son un signo de autoinmunidad permanente?
Para ser claros, sabemos que el PEG es dañino (https://childrenshealthdefense.org/press-release/fda-ignores-rfk-jr-s-pleas-for-vaccine-safety-oversight-concerning-peg-suspected-to-cause-anaphylaxis/) y no debe ser inyectado en los humanos. Al mismo tiempo, sería negligente ignorar el hecho de que la tecnología del ARNm es una forma de ingeniería genética que altera permanentemente el genoma humano de maneras que aún son en gran medida desconocidas.
Como mínimo, las vacunas de ARNm están bombardeando los cuerpos de quienes las reciben con compuestos de “proteínas extrañas” que el sistema inmunológico no reconoce. Como resultado, inducen la anafilaxis, que el científico Charles Richet, ganador del Premio Nobel, describió como un “mecanismo universal de defensa contra la penetración de sustancias heterogéneas en la sangre, de donde no pueden ser eliminadas”.
Especialmente cuando se mezclan con antígenos, los productos químicos venenosos utilizados en las vacunas son una amenaza para la inmunidad humana, de ahí que el sistema inmunológico los rechace, a menudo de forma violenta y a veces hasta la muerte. Y la introducción de la tecnología del ARNm sólo empeora esa amenaza.
Según algunos, estas “vacunas” de ARNm ni siquiera son vacunas. Son un compuesto completamente diferente que ha sido diseñado para recodificar la genética de una persona y convertirla en una especie de transhumano.
Como lo planteó un comentarista de Zero Hedge, quizás estas reacciones anafilácticas son simplemente “manifestaciones externas del cambio interno al transhumanismo”. Otro escribió que el objetivo de los globalistas es “convertir a la humanidad en su imaginario y controlarla como si fuera ganado”.
Otro escribió que una de las preguntas sin respuesta sobre estas vacunas de ARNm tiene que ver con la forma en que las inyeccionesº en sí son un tipo de virus “que se hace cargo de las funciones normales de las células sanas y las reprograma para producir proteínas sintéticas espigadas”.
“Una vez que esas células son reprogramadas, no pueden volver a ser como antes. Las células son ahora fábricas de proteínas de espiga, causando constantemente que el sistema inmunológico neutralice estas partículas… Si el cuerpo está ahora produciendo constantemente anticuerpos para contrarrestar trillones de proteínas de púas inertes, ahora ha causado que esa persona tenga un trastorno autoinmune.”
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