Notas desde el encierro: Día 3

8 am

Escuchado temprano en la mañana de una mujer trabajadora.

Con el restaurante cerrado, la cosa va a ser muy difícil

2pm

Estoy saliendo de una droguería, veo venir a un conocido con tapabocas y mirada desconfiada. Me saluda con el codo para no infectarse de los millones de virus que porto diariamente. Me dice: “Esto está peor, reportaron hoy 2 enfermos más”. “Ni siquiera le dicen a la gente que suba su sistema inmunológico, tomando vitamina C, por ejemplo”. “Yo no me preocupo de eso”, me contesta, y me muestra lo que lleva en una gran bolsa que le cuelga del hombro: “Aquí cargo alcohol, desinfectante, gel, hasta blanqueador”. Se despide de mí apresurado. Lo veo perderse calle abajo. Me quedo pensando: “Cuando llegue a la casa tendré que desinfectarme el codo”.

Las calles parecen fantasmagóricas. Un perro se hace el muerto en una esquina, a la plaza que le caben 50 mil personas no le cabe una soledad más.

Paso por la estación de Policía. Están haciendo una formación frente a la estación. Deben ser más que humanos, pueden salir a la calle, pueden andar en grupo, reunirse en un recinto cerrado y son inmunes a los virus, mientras que el resto de cristianos encerrados en sus casas pueden ser atacados por cualquier virus aunque aquí no hay ni un solo caso de coronavirus.

Filmo las calles vacías y grabo una parodia de un programa de radio. Más abajo pueden escuchar el audio.

Mañana es día de libertad y entonces empieza la peor encerrona. Si tres días el gobierno ya se robó quince mil millones de pesos, imagínense lo que hará en 19 días.

No le han dado recomendaciones a la gente de qué cosas son importantes para soportar un largo encierro y el estrés que conlleva. Ni siquiera han mencionado que el sol nos da vitamina D que ayuda a subir el sistema inmunológico y que hay que tomar vitamina D durante el encierro si no recibimos sol. No sé por qué, pero tengo la extraña impresión de que esta pandemia terminará mal, y no por la pandemia misma sino porque el encierro será la verdadera pandemia que saque a la gente de sus casillas.

Y con ustedes, una edición más de su programa favorito, “Conmigo toda la noche”: Una llamada inesperada…