Mario Lamo Jiménez

Colombia marcha directo a una hecatombe energética propiciada por un gobierno, que basado en datos falsos acerca de lo que han llamado “calentamiento global”, “cambio climático” o “crisis climática” (lo que más convenga para aterrorizar a la gente), está acabando con los hidrocarburos en Colombia.
La premisa establecida por la ONU y en la que se basa el gobierno colombiano acríticamente, de que el CO2 es un contaminante que causa “calentamiento global” o como gusten llamarlo, es una mentira, una farsa globalista y la vamos a desmontar aquí.
Para empezar, el CO2 NO ES UN CONTAMINANTE, sino todo lo contrario, es la base de la vida en el planeta, es el GAS DE LA VIDA. Sin CO2 no habría vida en este planeta. Hace miles de millones de años, este planeta era inhabitable y carecía de oxígeno, pero gracias al CO2, que el planeta produce naturalmente, aparecieron algunos organismos (cianobacterias, que fueron los primeros organismos capaces de realizar la fotosíntesis oxigénica) que utilizaron la luz solar para convertir el CO2 y el agua en glucosa, liberando azúcar como subproducto:
CO2 + H2O + Luz solar = C6H12O6 + O2
Observen bien esta fórmula porque sin ella no habría vida en este planeta.
Y, millones de años después, estamos usando ese OXÍGENO para respirar y vivir, sí, el mismo oxígeno que ahora es liberado por las plantas por medio de la fotosíntesis y que hace la vida posible en este planeta.
Ustedes se tal vez se pregunten ahora, qué pasaría si no hubiera CO2 en el planeta. La respuesta es muy simple: Se acabaría la vida, las plantas morirían y nada produciría el oxígeno que necesitamos para vivir. El nivel de CO2 en el planeta se encuentra en este momento alrededor de 400 ppm (partes por millón) si bajara a menos de 180 ppm, las plantas morirían y con ellas la vida en la Tierra.
Los alarmistas climáticos dicen que si el CO2 sigue en aumento que las temperaturas subirán y que podríamos morir por ello, olvidándose por completo que, por ejemplo, en la era de los dinosaurios el nivel de CO2 en la atmósfera era de más de 1000 ppm y que la vida FLORECIÓ en este ambiente. Este CO2 era y es producido por actividades volcánicas que aún continúan y forma parte de la vida del planeta mismo. El aumento del CO2 ha hecho reverdecer el planeta y que las plantas crezcan más, produciendo más alimentos. Entonces, ¿cómo puede ser malo para el planeta el aumento del CO2? Malo sería si disminuyera, ya que como hemos dicho, sin ese gas la vida se acabaría en la Tierra.
Incluso, ha habido otras épocas en la historia de la humanidad, como hace mil años, que el CO2 estaba a más de 1000 ppm y la Tierra estaba congelada. Solo haciendo maromas y trampas por medios de simulaciones es que los científicos prepagos han salido con cuadros que correlacionan el aumento de la temperatura con el aumento del CO2. Esto es una gran mentira
Viene entonces otra pregunta importante, ¿calienta el CO2 el planeta? La respuesta es ¡NO! El CO2 es un gas traza que solo es el 0,04% de los gases atmosféricos (un gas traza es un gas presente en baja cantidad en una mezcla de gases, y que representa menos de 1% por volumen de la atmósfera de la Tierra).
De ese 0,04% el 97% es producido por el planeta mismo, solo un 3% es producido por la actividad humana, o sea ¡el 0,0012%! Para entender por qué esta ínfima cantidad de gas NO puede calentar el planeta, piensen en una superficie con 9,996 mil puntos de calor de color rojo y 4 de color amarillo. Esos 4 de color amarillo representan el CO2 y los restantes, los puntos rojos, representan los demás gases (principalmente nitrógeno y oxígeno). Supongamos que con esos 10 mil puntos de calor queremos hacer hervir una gran olla de agua que necesita los 10 mil puntos para hervir. ¿Creen ustedes que los 4 puntos amarillos por su cuenta harían hervir el agua? ¡Jamás! Tendríamos que esperar una eternidad para hacer hervir esa agua. Esos 4 puntos amarillos son es el 0,04% de CO2 que FALSAMENTE la ONU dice que está calentando el planeta y por los que el gobierno colombiano está destruyendo nuestra industria de hidrocarburos: ¡El CO2 representa 4 de cada 10 mil átomos de los gases atmosféricos!
En resumen: Los componentes clave de la atmósfera terrestre son: el nitrógeno con 780.000 partes por millón, el oxígeno con 210.000 ppm y el argón con 9.600 ppm. El dióxido de carbono es un gas traza. Esta cantidad no es suficiente para superar las fuerzas combinadas del sol, la luna, la atmósfera y los océanos como para cambiar el clima mundial.
Pero existe algo aún peor por lo cual la destrucción de nuestra industria de hidrocarburos no le va ni le viene al planeta pero sí podría acabar con la vida de 50 millones de colombianos al dejarnos sin recursos energéticos: Ningún país de los llamados “desarrollados” y los que más CO2 producen están reduciendo la llamada “huella de carbono” y mucho menos acabando con sus hidrocarburos (si los producen), lo que es más, países como la China están construyendo 2 o 3 plantas termoeléctricas SEMANALMENTE, que usan carbón como combustible. China produce el 35% del CO2 que producen los seres humanos en este planeta, Colombia produce SOLAMENTE el 0,6%. Así acabara Colombia por completo con su industria de hidrocarburos, sería absolutamente inútil, primero porque la influencia en el “cambio climático” (asumiendo que la tuviera), sería absolutamente mula y segundo, porque países como la China y otros, estarían anulando cualquier efecto (si existiera) que esta huella de carbono del 0,6% pudiera tener. Colombia se estaría haciendo el hara kiri para gloriosamente decir: ¡Acabamos con los hidrocarburos, cuando la producción de hidrocarburos continúa en el resto del planeta!
Y, esto demuestra aún más la inutilidad del sacrificio colombiano por “salvar el planeta:
China es el mayor emisor de dióxido de carbono (CO₂) a nivel mundial, responsable de aproximadamente el 30,9% de las emisiones globales en 2021, con 10.668 millones de toneladas métricas de CO₂ emitidas ese año, la tasa de aumento anual de sus emisiones, en 2023 se observó un incremento significativo del 4,7% en comparación con el mismo período del año anterior. Mientras la China continúa alegremente aumentando su consumo de hidrocarburos y lo aumenta en un año en un 4,7%, la disminución del 0,6 por ciento de Colombia sería como dijimos absolutamente inútil. Es como si nosotros nos pusiéramos a dieta para que el vecino de al lado pierda peso. Piensen que, por una lógica absurda, Colombia está acabando con sus hidrocarburos, sin pensar en las consecuencias de esta acción, que no solamente acabaría con la economía colombiana, sino hasta con el pueblo colombiano,
Y, ahí es donde viene la famosa “transición energética”. En primer lugar, nadie en este país se cuestiona si necesitamos o no de una “transición energética”. La respuesta rotunda es ¡NO! Lo que llaman “energías verdes” (solar, eólica, etc.) ni son verdes y además son las más caras, escasas, contaminantes e inconsistentes. Empecemos con la energía solar. ¿Se han dado cuenta de que el sol no sale de noche? La energía, para que opere normalmente tiene que funcionar 24 horas al día, y de noche no se genera ninguna energía solar, tampoco en los días nublados, de lluvia, opacos, o simplemente cuando las nubes tapan el sol, estos días pueden ser hasta 200 al año a lo que hay que sumarle 365 noches al año. Ya me dirán que para eso existen las baterías de almacenamiento de corriente. Pues, esas baterías son un gran problema. Su mayoría son de litio, que para obtenerlo hay que excavar grandes minas que arruinan por completo la naturaleza y además el litio tiende a incendiarse por su cuenta, ya que es altamente combustible. De ahí el peligro de los famosos “carros” o “buses eléctricos”, una inundación, como las muchas que hay en las calles han hecho que las baterías de estos vehículos se incendien espontáneamente. Sin embargo, hay algo peor de la “energía solar”, su capacidad de conversión de la energía captada en electricidad es menos del 25%, ¡absolutamente ineficiente! Mientras que una central hidroeléctrica tiene una rata de captación hasta de un 95%.
Le “energía eólica” es aún peor. Aun antes de entrar a funcionar ya ha producido en su construcción más CO2 del que se supone que iba a ayudar a dejar de producir. La farsa es doble: Estos gigantes de grandes aspas y empotrados en cemento son también un desastre ecológico que mata a ballenas y aves por igual y cuya producción de electricidad es CERO cuando no hay viento.
Tenemos entonces que las falsas opciones de la transición energética que no se necesita ni son verdes y son extremadamente costosas, ineficientes y dañinas para el medio ambiente. Entonces, se preguntarán ustedes, ¿cuál es el afán de hacer esta falsa transición energética si ningún país lo ha logrado y ya tenemos energía natural que NO es contaminante, proveniente de los hidrocarburos?
La respuesta simplemente es que la “transición energética” no solamente es un negocio billonario para que la gente pague por una energía más cara y más escasa, sino que además representará el colapso económico de los países que renuncien a los hidrocarburos. Los sistemas de transporte, de producción y de distribución de alimentos colapsarán por falta de combustible, y vendrán hambrunas seguidas por miles o millones de muertes, que es el objetivo real de la genocida Agenda 2030 de la ONU.
Pero, no solamente el CO2 que es el gas de la vida ha sido demonizado por los profetas del desastre que llevan más de 30 años prediciendo cosas espantosas que nunca sucedieron, como el deshielo total del ártico, la subida de dos metros de los mares, la desaparición de islas enteras, la inundación de multitud de ciudades costeras, etc., y a pesar de que todas sus predicciones han fallado, muchos ingenuos siguen creyendo el cuento de “Ya viene el lobo”. A esta sarta de mentiras se une una mentira más gran aún: El efecto invernadero. Sin efecto invernadero, al igual que sin CO2, no habría vida en este planeta, pero los profetas del cataclismo se las han arreglado para demonizarlo también.
La pregunta entonces es, ¿qué es el efecto invernadero y qué lo produce?
El efecto invernadero es el proceso por el cual la energía solar es atrapada para que la Tierra permanezca caliente por la noche, cuando no hay sol que la caliente, y sin ese efecto invernadero las temperaturas bajarían más allá del punto de congelación. La mayoría de la gente no sabe dónde queda atrapado ese calor ni por qué, por eso es tan fácil de engañar con eslóganes alarmistas de que la “Tierra se está calentando”, que hay “una crisis climática” o como se ha oído vociferar a mucho fanático recientemente: “hay un colapso climático”.
Estamos entonces ante la trampa perfecta: El CO2 es un gas que ni se ve ni se huele, que es solo el 0,04% de los gases atmosféricos y tenemos que creer porque la ONU así nos lo ha revelado que el CO2 es el culpable de que la Tierra absorba más energía solar y los días sean más calientes.
Lo que no cuentan los profetas de las desgracias es cómo es el verdadero funcionamiento de la regulación térmica del planeta.
1- ¿Qué hace que la energía del sol no rebote en la Tierra y salga inmediatamente hacia el espacio? Aunque no lo crean es el vapor de agua, las nubes, que son responsables en un 97% del efecto invernadero.
2-¿Dónde se almacena esa energía que calienta a la Tierra de día?
Los profetas de la desinformación quieren hacernos creer que por algún milagro atmosférico el CO2 almacena esas inmensas cantidades de calor que se quedan en el planeta. Sin embargo, son los mares los que almacenan hasta un 70% de esta energía solar en forma de energía calorífica y la transportan por todo el planeta.
3- ¿Es malo que el planeta se caliente?
Los profetas de las desgracias creen que es mejor vivir congelados que calientes, pero se olvidan de un pequeño detalle: Mata más el frío que el calor. Las estadísticas así lo demuestran. Las grandes civilizaciones han florecido en periodos de calentamiento de la Tierra, no cuando esta se hallaba cubierta de hielo.
Y, ¿el cambio climático?
El cambio climático es una constante y forma parte de la vida del planeta, en él intervienen miles de factores, y no solo el CO2 como de manera simplista y para personas ignorantes de los verdaderos procesos térmicos del planeta, la ONU y demás falsas organizaciones ambientalistas se han encargado de elaborar decenas de miles de propagandas para lavarles el cerebro con desinformación que ha logrado invertir la realidad al convertir dos de los factores que permiten la vida en el planeta, el CO2 y el efecto invernadero en enemigos de la humanidad.
Finalmente, pero no menos importante…
La vida moderna sería prácticamente imposible sin los derivados del petróleo debido a su presencia en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Desde los plásticos que forman una parte esencial de los productos que utilizamos, hasta los combustibles que impulsan los sistemas de transporte, los derivados del petróleo están profundamente integrados en la estructura de nuestras sociedades. Por ejemplo, los empaques de alimentos, las botellas, las bolsas, los utensilios de cocina, e incluso los textiles sintéticos como el poliéster, son productos fabricados a partir de petroquímicos. Sin estos materiales, la producción masiva y la accesibilidad de bienes básicos serían inviables, afectando directamente nuestra capacidad de vida.
En el terreno tecnológico, los derivados del petróleo son esenciales para la fabricación de dispositivos electrónicos y aparatos especializados. Los teléfonos móviles, computadoras, televisores y electrodomésticos dependen de plásticos, aislantes y otros componentes derivados del petróleo. Además, las infraestructuras que sustentan nuestra conectividad digital, como los cables de fibra óptica o las carcasas de routers, también están hechas con estos materiales. La industria médica, por su parte, emplea derivados del petróleo para fabricar jeringas, guantes quirúrgicos, prótesis, marcapasos y otros dispositivos indispensables.
Por otro lado, los combustibles “fósiles” derivados del petróleo, como la gasolina y el diésel, son el pilar del transporte moderno. Sin ellos, no podríamos mover millones de vehículos, barcos, aviones y trenes que transportan personas y mercancías alrededor del mundo. También son esenciales para la maquinaria agrícola e industrial, sin la cual no sería posible garantizar el suministro global de alimentos y productos manufacturados. A pesar de que se intentan reemplazar con “energías renovables”, el petróleo y sus derivados continúan siendo insustituibles en muchos sectores, demostrando su papel central en la vida contemporánea.
En resumen, los derivados del petróleo no solo facilitan nuestra vida cotidiana, sino que son fundamentales para mantener el nivel de desarrollo, conectividad y progreso tecnológico que caracterizan a nuestra era. Sin ellos, nuestras sociedades enfrentarían enormes desafíos para sostener las comodidades y las innovaciones que hemos alcanzado y lo que es más, colapsarían por completo a grado tal que, miles de millones de muertos después, nos devolveríamos a la Edad de las cavernas.
Conclusiones
Acabar con los hidrocarburos significa acabar con la humanidad bajo la falsa premisa de que el CO2 antropogénico calienta la Tierra. NUNCA se ha probado que exista un calentamiento provocado por el CO2, lo que es más, ha habido épocas hace miles de años en que la Tierra estaba casi congelada y el CO2 estaba a un nivel elevadísimo, no lo había producido el ser humano, porque ni siquiera existíamos y NO causó ningún calentamiento de la Tierra, ya que el mismo NO tiene nada que ver con el CO2.
Es imposible ignorar que el clima de la Tierra está en cambio constante. El planeta tiene estaciones, el calor del sol no es constante, ya que por nuestra órbita elíptica cambiamos de distancia al sol, y disminuye o aumenta la energía que recibimos. El sol por su lado tampoco está quieto, no en un centro fijo como creían los antiguos, sino que también tiene sus propios movimientos que afectan la temperatura en la Tierra. Y, en la Tierra, los mares absorben hasta un 70% del calor del sol y a través de sus corrientes la distribuyen por todo el planeta. Por su lado, la Tierra está en un plano inclinado y diversas regiones de la Tierra reciben diversas cantidades de sol. Se ha comprobado que la Tierra tiene ciclos geológicos de calentamiento y enfriamiento, actualmente estamos en un período de enfriamiento que ha durado 2,56 millones de años. Dente de este periodo de enfriamiento ha habido pequeños periodos de calentamiento como el que sucedió en la Edad Media y de nuevo en 1850.
El “error” de la ICCP (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) y la ONU es mirar un proceso que puede tardar millones de años y querer sacar una gran regla por un intervalo no representativo del cambio climático en el planeta. Es algo así como cortarle la punta del cabello de una persona y tratar de predecir así que estará haciendo esa persona en 3 meses o en 30 años. El “Método científico” de la IPCC se parece más a la magia o brujería que a un proceso científico. Y los estudios realmente científicos ya han desmontado toda la charlatanería de la ICCP y las conclusiones son obvias:
1-No estamos en un periodo de calentamiento global inducido por el ser humano
2-El CO2 NO calienta el planeta
3-El CO2 es BUENO para el planeta, ya que si llega a bajar a menos de 180 ppm se acabaría la vida en el planeta y además el CO2 hace que reverdezca la Tierra, zonas ante áridas se han expandido con vegetación hasta en un 8%. Si alguien se preguntaba adónde va el exceso de CO2 que produce el ser humano, el planeta mismo lo absorbe y lo convierte a través de las plantas y la fotosíntesis en alimento y oxígeno.
La farsa y engaño del cambio climático y la transición energética son un ATAQUE directo a los recursos energéticos cuyo objetivo real es despoblar al 80% del planeta, ya que sin esos recursos energéticos decaería la agricultura, se haría imposible el transporte de alimentos, causando grandes hambrunas y muertes.
NADIE ha puesto en Colombia en tela de juicio esta falacia por la que dejaríamos de existir como nación y que significaría la muerte de la mayor parte de los habitantes de este país, sería el GENOCIDIO más grande perpetrado en la historia de la humanidad por un pequeño grupo de billonarios no electos que se han apoderado de organizaciones como la ONU y la OMS para imponer su desinformación como ley de la Tierra y que a pesar de que ya han sido desmentidos por miles de científicos, siguen adelante con sus proyectos genocidas con la complicidad de gobiernos vendidos a la Agenda 2030 de la ONU, patrocinada por el FEM, el club de Bilderberg, el Foro Económico Mundial y banqueros como los Rothschild y los Rockefeller y nefastos personajes como Bill Gates, que ya probó con la “pandemia” que la matanza ya se ha iniciado y que la pandemia fue un ensayo para lo que se avecina si no tomamos conciencia de lo que está pasando con nuestros recursos energéticos e impedimos que estos planes letales para la humanidad se lleven a cabo.