¿Madre Patria o Puta Madre Patria?*
Algunos españoles llevan décadas defendiendo a su país contra lo que ellos llaman la “Leyenda negra”, la cual según dicen ellos, era una especie de lista de acusaciones de las atrocidades cometidas por los españoles durante la invasión de América, que iban desde la tortura, el secuestro, el asesinato, el robo de tierras y riquezas de los nativos americanos, hasta el genocidio, pasando por todo tipo de actos de violencia, racismo, intolerancia y exterminio que conozca la humanidad. Lo que se niegan a contar los que atacan la “Leyenda negra” es que nunca existió. Fue un término que se inventó una española misma llamada Emilia Pardo Bazán en una conferencia en París en 1899. El objetivo era desacreditar las acusaciones históricas contra una España intolerante, inquisidora y depredadora, que justamente había sido acusada por otras potencias europeas de la época de cometer crímenes atroces contra los nativos americanos.
Hagan de cuenta que esta mal llamada “Leyenda negra” fue una especie de teoría de la conspiración hecha para defenderse de lo que en verdad ocurrió. Sin embargo, al desacreditar la historia con los apelativos de “leyenda” (algo imaginario) y “negra” (algo oscuro… conspiranoico, dirían ahora), les resultaba más fácil defenderse de sus crímenes ACUSANDO a sus acusadores de haber desarrollado un complot para desacreditarlos, menoscabar su poder y hacer aparecer que la tortura, la esclavitud y el genocidio cometidos por los españoles contra los pueblos americanos nunca existió, creando a su vez la llamada “Leyenda rosa”, donde se presenta a los españoles como fieles seguidores de Cristo que venían a civilizar pueblos bárbaros y atrasados para que formaran parte de la “civilización”.
Se les olvida a los defensores de esta leyenda rosa, tales como el Argentino con el improbable nombre de Marcelo Gullo Omodeo, que los pueblos americanos eran mucho más avanzados y civilizados que sus invasores. Mientras que Tenochtitlán, la capital de los mexicas era una ciudad hermosa y vibrante, con agua corriente donde mil basureros limpiaban sus calles cada día, en las calles de Europa se caminaba literalmente en ríos de mierda, ya que los españoles como otros europeos no conocían el aseo y lanzaban sus propias heces a las calles. De ahí que los españoles trajeran a América todo tipo de enfermedades contagiosas por su propia falta de higiene y por su convivencia con animales domésticos, tales como cerdos y vacas.
Para los nativos americanos, el agua era sagrada y fuente de vida. Los nativos americanos se bañaban todos los días. Para los “civilizados” europeos, el agua era fuente de enfermedades y escasamente se bañaban, tapando sus malos olores con perfumes y sus cabezas con pelucas para que no se les vieran los piojos. Los nativos americanos no podían soportar el olor asqueroso que emitían los cuerpos de los españoles y trataban de mantenerse alejados de ellos.
Los españoles, como los narcotraficantes modernos, vinieron a buscar fortunas fáciles, por eso exigían tributos en oro de todos los pueblos que iban decimando a su paso. Incluso, cuando llegaron al altiplano cundiboyacense, al ver los adornos de oro y las estatuas de oro que habían en los templos, pensaron que habían llegado a la tierra prometida, de donde nació la leyenda de “El Dorado”, sitio donde había una cantidad incalculable de oro que los haría ricos al instante. Lo que nunca supieron estos invasores era que en el altiplano cundiboyacense, a pesar de haber tantos objetos de oro, NO existía ni una sola mina de oro. Todo ese oro era obtenido por los muiscas por medio del trueque con otros pueblos, como los quimbayas, que sí tenían minas de oro.
El carácter depredador, cruel y despiadado de los españoles está documentado en miles de fuentes históricas, incluidas las crónicas de fray Bartolomé de las Casas, a quienes los supuestos contradictores de la falsa “Leyenda negra” se encargan de desacreditar y atacar como si fuera un enemigo de la mala “madre España”.
Las crónicas de la Inquisición española, que duró siglos, están llena de historias de horror, de miles personas cruelmente torturadas y ejecutadas por “herejías” o “brujería”, como bien lo relata en su libro, El escribano cautivo, el recientemente fallecido escritor colombiano, Jorge Guaneme. Las estadísticas de asesinados por la Inquisición va de de 32 mil muertos, según unos a cientos de miles miles, según otros, incluidos 65 mil judíos.
La España del siglo XVI era el imperio de la intolerancia política y religiosa y del racismo exacerbado. Ya odiaban a los árabes, a los judíos, a los negros, y en los indígenas americanos concentraron todo su odio, tratándolos peor que animales y esclavizándolos y explotándolos hasta extinguir pueblos enteros, como ocurriera con los taínos.
La mal llamada “Leyenda negra” es en verdad la historia de los victimarios que pretenden presentarse como las víctimas de un complot para desacreditarlos, sin embargo la historia no se puede adulterar tan fácilmente. La invasión española representó uno de los actos de genocidio más grandes que haya visto la humanidad, donde más de 60 millones de indígenas americanos perecieron a manos de los españoles, ya fuera por actos de guerra, enfermedades o hambrunas que estos mismos generaron al destruir todo el tejido social indígena.
Al llegar al Templo del Sol, un gran sitio sagrado de los muiscas en Sogamoso, cerca de Tunja, que estaba lleno de objetos de oro, verdaderas obras de arte que eran ofrecidas por los muiscas a sus deidades, lo primero que hicieron los españoles fue robarse el oro e incendiar el templo.
Atrocidades similares fueron cometidas a lo largo y ancho del continente, esclavitud de pueblos enteros para hacerlos trabajar en minas de plata en Perú, por ejemplo, donde un hombre esclavo jamás veía la luz del sol y su esperanza de vida era de máximo de cuatro años; otra atrocidad que hizo un daño incalculable fue la quema de los códices mayas por parte de Fray Diego de Landa. En la noche de julio 12 de de 1562 mandó a quemar objetos sagrados, entre ellos 40 códices donde estaban la historia de los mayas y sus logros científicos y literarios.
Los verdaderos salvajes de la invasión de América fueron los españoles, que quemaron, violaron, saquearon y aniquilaron pueblos enteros, todo a nombre de una falsa evangelización, pero cuyo verdadero objetivo era la extracción de riquezas para el mantenimiento de España que se había vuelto un verdadero estado parasitario e improductivo y que eventualmente se resquebrajaría como imperio y que sería por un largo tiempo el país más subdesarrollado de Europa.
Resulta absolutamente absurdo y traicionero que un americano llamado “Marcelo Gullo Omodese” se dedique a defender lo que no tiene defensa, a justificar los crímenes cometidos por los españoles con argumentos maniqueos, tales como que no se puede juzgar la historia de hace siglos con los valores actuales, cuando los valores actuales en nada han cambiado y sigue habiendo invasiones, genocidios y saqueo de riquezas, esta vez por compañías multinacionales y países agresores, que en el mejor espíritu de la España del siglo XVI siguen invadiendo y destruyendo países para “liberarlos de sí mismos” e imponer su propio fascismo, disfrazado de democracia.
Esos españoles eran el diablo disfrazado de piel de oveja torturadores violadores. Trajeron la santa diría yo la diabólica inquicision. Muy bueno el artículo mi querido Mario. Que vale el curso de inglés para viajar a China. Chinito está en un lio( río)