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“El Rey de España y de sus colonias Carlos II, por medio de una cédula real dada el 16 de abril de 1770, prohibió que en sus dominios se hablaran lenguas diferentes al castellano y vedó el uso de lenguas indígenas en Hisparnoamérica. En el Nuevo Reino de Granada, y en particular en la zona del Altiplano Cundiboyacense, donde el chibcha ya era hablado solamente por pequeños grupos indígenas dispersos, la orden fue cumplida con tanto acatamiento que podemos decir que el idioma entró en la agonía final a partir de ella”. (Los Muiscas, verdes labranzas, tunjos de oro, subyugación y olvido, por Mercedes Medina de Pacheco)

El acatamiento de esta orden fue el último paso en la destrucción de los muiscas, ya que su identidad como seres humanos desapareció con la extinción de su lengua.

Hoy en día, los indígenas colombianos actuales, en su mayoría mestizos, cumplen órdenes con tanto acatamiento, sin cuestionarse lo que están haciendo, que el resultado final será su destrucción, como fueron destruidas la cultura muisca y su lengua, hasta el etnocidio.

Con gran acatamiento, los nuevos indígenas:
Usan bozales
Se quedan en casa cada vez que los encierran
Están listos a vacunarse, sin siquiera saber qué les están inyectando.

Se han vuelto cómplices sin saberlo de su propia destrucción, como lo fueron los muiscas al cumplir órdenes que iban contra su propia existencia “con gran acatamiento”.

El que no aprende de la historia, está condenado a repetirla. 1492 no ha terminado.

One Reply to “Acatamiento: la destrucción de los muiscas y del pueblo colombiano actual”

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