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Mario Lamo Jiménez

Todo se reduce a una simple regla de tres, como las que enseñan en bachillerato, pero parece que a la hora de saber si los están engañando o no con la supuesta pandemia, ¡nadie sabe hacer una regla de tres!

Si lo supieran, la harían de inmediato y encontrarían que la pandemia es una farsa y que la vacuna es completamente innecesaria.

Esta es la simple regla de tres:
El planeta tiene 7.800.000.000 de habitantes, y los fallecidos por covid son 2.542.196. ¿Cuál es el porcentaje de los fallecidos por covid?

7.800.000.000 = 100%
2.542.196 = X
X= 0,03%

El 0,03% de la población mundial ha supuestamente fallecido por covid.
Según la RAE, una pandemia es: “1. f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”. Lo que quiere decir que NO existe ninguna pandemia ya que solo el 0,03% de la población ha muerto y el 99.97% ha sobrevivido. El X= 0,03% no son casi todos los individuos del planeta, luego según esta definición, nunca hubo pandemia.

Sin embargo, la OMS se encargó de jugar con las palabras para facilitar las pandemias.
La OMS cambió su definición de pandemia, haciendo trampa, obviamente, para poder declarar una pandemia cuando le viniera en gana. Esta esrala definición que tenía entre 2003 y 2008 de pandemia (de gripe):
“Una pandemia de gripe se produce cuando aparece un nuevo virus de la gripe contra el que la población humana no tiene inmunidad, dando lugar a varias epidemias simultáneas en todo el mundo con un enorme número de muertes y enfermos”.

¿Cómo hizo trampa la OMS? ¡Quitó de la definición de pandemia la parte más importante, que produjera “un enorme número de muertes”!

Aquí la nueva definición (de 2011 ver: WHO | The classical definition of a pandemic is not elusive) :
“Una pandemia se define como “una epidemia que se produce en todo el mundo, o en una zona muy amplia, que cruza las fronteras internacionales y que suele afectar a un gran número de personas”, que fue la definición que se aplicó para declarar una simple epidemia similar a la gripe como pandemia.

La trampa ya estaba hecha, la OMS solo necesitaba un virus que aparentemente se diseminara rápidamente y que fuera “nuevo” para declarar pandemias a su antojo. Ya la pandemia NO tenía que causar un ”enorme número de muertes”.

Basados en su acomodaticia definición de pandemia, declararon una pandemia mundial, para poder imponer múltiples restricciones dictatoriales, tales como los encierros colectivos, el uso de mascarillas y el distanciamiento social, resultando el remedio peor que la enfermedad que NO existía como pandemia. La economía mundial quebró, la vida social fue eliminada, se gobernaba y se gobierna por medio de decretos dictatoriales que privan a los ciudadanos de sus derechos principales: derecho de trabajo, derechos de movilización, derecho a respirar, todo para combatir una falsa pandemia, violando de paso derechos humanos fundamentales.

TODAS y cada una de estas restricciones empeoraron una situación que de por sí no iba a causar tantas víctimas, quebrando miles de negocios, suspendiendo los servicios médicos para las personas que más los necesitaban para esperar la masiva cantidad de enfermos de covid que NUNCA llegaron y matando a muchas personas que sí necesitaban atención médica por otras razones y que hubieran sobrevivido de haber sido atendidas a tiempo.

Finalmente, para esta falsa pandemia, proponen como solución una vacuna UNIVERSAL para un virus que ha sobrevivido el 99.97% de la población mundial y que por falta de pruebas no se sabe qué porcentaje sea ya inmune al mismo. Las únicas beneficiadas de vacunar al 100% de la población por un 0,03% de víctimas son las compañías farmacéuticas, a pesar de que existen drogas efectivas para el tratamiento del supuesto virus, y la vacuna (que en verdad no es una vacuna sino un experimento genético) ya ha causado muertes y efectos no deseados:

VAERS es el “Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas” estadounidense que se supone que los médicos deben utilizar para informar de los efectos secundarios de las vacunas.

“Entre el 14 de diciembre de 2020 y el 18 de febrero de 2021, se enviaron a VAERS 19.907 informes de eventos adversos, incluyendo 1.095 muertes y 3.767 lesiones graves”.

(Ver: https://childrenshealthdefense.org/defender/injuries-reported-vaers-climbs/?utm_source=salsa&eType=EmailBlastContent&eId=c490b1d0-2794-435a-8896-d82a74129051)

La “vacuna” es de carácter experimental y quien se vacune debe firmar un consentimiento informado para ser parte del experimento: Los ratones de laboratorio están siendo reemplazados por seres humanos, y además se ha dado plena inmunidad a las farmacéuticas para que no sean responsables por ninguna muerte o enfermedad causada por la “vacuna”.
Volvamos entonces a la pregunta del principio: “¿Están siendo los colombianos víctimas de una falsa pandemia por no saber matemáticas?”.

Parece que sí, ya que convencidos de que hay una pandemia se alistan a recibir una vacuna sin saber que tienen más probabilidad de sobrevivir sin la vacuna que con la vacuna, ya que para el covid ya hay tratamientos efectivos, pero para los daños causados por la vacuna NO habrá ningún tratamiento ya que las alteraciones genéticas serán permanentes, y en estos momentos incluyen desde enfermedades autoinmunes hasta la muerte.

Seguramente NO se vacunarían y se rebelarían contra TODAS estas restricciones que NO tienen razón de ser si supieran que NO existe ninguna pandemia, y tampoco se dejarían aplicar una vacuna experimental para una enfermedad de la cual tienen el 99.97% de sobrevivir solo con su SISTEMA INMUNOLÓGICO.

Parece que los colombianos no saben que con una simple regla de tres se desmonta esta falsa pandemia, pero además confían ciegamente en su presidente, un hombre extremadamente ignorante que no sabe ni conjugar un verbo; el director de la OMS, quien ni siquiera es médico, pero es un hombre de gran confianza de las farmacéuticas, además acusado de genocidio en su país natal, Etiopía; el laboratorio Pfizer, el cual ha sido acusado por crímenes cometidos, declarado culpable y pagado 2300 millones de dólares en multas por mentir en la forma en que mercadea sus drogas en los EE. UU.; en el más grande promotor de las vacunas Bill Gates, que ni un grado universitario tiene y que no sabe nada de salud pública ni de medicina, pero que soborna a personas en posiciones de poder para lograr sus metas genocidas o como él las llama “de reducción de población”.

Y, ¿la vacuna? ¡Ni siquiera es una vacuna! Es una poción destinada a alterar el ADN de la persona de tal manera que si la persona se enferma NO tendrá cura y si se muere la farmacéutica no se hace responsable de su muerte. ¿Mencionamos ya que la vacuna es completamente innecesaria pues existen curas efectivas contra el virus, tales como la hidroxicloroquina? Tampoco sobra decir que Pfizer ganará 15 mil millones de dólares en un año vacunando gente por todo el planeta, sin que sea legalmente responsable por cualquier efecto dañino de la vacuna, incluida la muerte.

Si miramos las redes sociales, veremos una situación aún más paradójica, “líderes sociales” y de “izquierda” reclamándole al gobierno porque las vacunas no están llegando con suficiente rapidez, cuando deberían estar desenmascarando esta falsa pandemia, peleando por los derechos de trabajo y movilización eliminados que están arruinando a la población, en vez de estar haciendo politiquería coyuntural para obtener un resultado positivo en las próximas elecciones.

Desafortunadamente en Colombia, para desgracia del pueblo, sus líderes ya sean de izquierda, derecha, verdes o anaranjados, carecen de toda visión crítica frente a esta realidad impuesta desde el extranjero que está dejando al país en ruinas, y así como Duque no sabe conjugar el verbo “querer”, ninguno de ellos sabe hacer una simple regla de tres, que desmontaría en tres segundos esta falsa pandemia.

Estamos bajo una dictadura sanitaria a nombre de un virus que nunca fue aislado, pero la gente cree y obedece ingenuamente con fe ciega en las mismas clases dominantes que llevan dominándola y oprimiéndola por siglos.

La mascarilla no es para protegerse de ningún virus, es la marca de sumisión, de la misma manera que antes se marcaba a los esclavos con hieros calientes, ahora se marca a las personas con trapos, bozales, que indican su nivel de obediencia al amo. La vacuna es el “solución final”, los sumisos serán enfermados, esterilizados o simplemente asesinados para cumplir las metas de los amos del mundo y “reducir” la población humana en 2 mil o 3 mil millones de personas. Es la famosa ecuación de Bill Gates de “Cero emisiones”:

“P * S * E * C = CO2

Donde:

P = Número de personas en el mundo

S = Servicios consumidos por persona

E = Energía consumida por servicio

C = CO2 producido por unidad de energía

CO2 = Producción total de CO2 en el mundo”

Para reducir a CERO la producción de C02 en el mundo, la propuesta de Gates es “reducir” la población mundial por medio de vacunas, abortos y demás pandemias que tenga a bien inventar. En resumidas cuentas, Gates propone un genocidio para que el 1% pueda respirar mejor y apropiarse libremente de todos los recursos naturales del planeta, sin quién le haga oposición, ya que la gente estará encerrada, enferma o muerta. ¡Bienvenidos al Nuevo Orden Mundial!

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