Me rebelo contra esta falsa pandemia
contra sus mascarillas infecciosas
contra su “quédate en casa”
mientras la vida pasa, se esfuma
desaparece, mientras las hambrunas
acechan a la vuelta de la esquina
Me niego a ser parte de la manada
enmascarada,
me niego a vivir muerto del temor
viendo cifras amañadas de muertos y enfermos
cada mañana, cada tarde,
cada día, cada pesadilla,
me niego a ser esclavo, vasallo,
posesión de un estado corrupto
que controla hasta la hora
en que los perros hacen pipí en las esquinas
me declaró en rebelión permanente
contra todos los decretos
que nos digan cómo o no respirar
a qué distancia andar el uno del otro
que nos prohiben, besar, abrazar, amar
visitar a mi abuelita Rosaura
o al tío Alberto,
es decir que nos corta de raíz
TODO lo que nos hace humanos
me niego a aceptar cualquier vacuna,
no soy cerdo, ni oveja, ni vaca
para que el dueño de esta finca podrida
decida por mí
lo que va a circular por mis venas
me declaro en rebelión
constante, perpetua
contra esta falsa pandemia y sus secuaces,
presidentes, congresistas, gobernadores, alcaldes
y demás seres inhumanos y corruptos
que bajo el pretexto de un virus
han arruinado vidas, economías,
lugares de risa, de recreo, de rezo
convirtiendo la vida en una gran cárcel
donde ya no somos ciudadanos
sino presos.
Me declaro en rebeldía
no acato órdenes que vayan
contra los Derechos Humanos
no acato decretos escritos
por ignorantes ineptos
que no sabrían la diferencia entre un virus
y la rueda de una bicicleta.
Ningún estado tiene derecho
a decir que vela por mi salud
cuando me mata todos los días
por hambre, por desnutrición,
por su corrupción que se roba
el dinero de los niños,
cuando nos ahoga en contaminación,
cuando no nos dan un salario digno,
cuando asesina líderes sociales
día de por medio o todos los días,
y que dicen querernos proteger con una vacuna
mezcla de virus y venenos.
Rechazo todas las políticas
de este estado corrupto
para encerrarnos,
rebajarnos,
aterrorizarnos
y finalmente si no nos rebelamos,
¡exterminarnos!