En una novela del siglo XIX, una mujer a quien acusan de adulterio, es obligada a usar una letra “A” de color escarlata pegada a su vestido. Dice Wikipedia sobre la novela de Nathaniel Hawthorne La letra escarlata: “Está ambientada en la puritana Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII y relata la historia de Hester Prynne, una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en el pecho la letra «A», de adúltera”.
La alcaldesa fascista de Bogotá, dos siglos después de escrita la novela y cuatro siglos más tarde del tiempo en que tiene lugar la misma, ha impuesto a los condenados no por adulterio sino por un presunto virus, a llevar su propia letra escarlata, un “tapabocas”. El tapabocas no es para proteger a nadie, ni al portador ni a quien esté a su alrededor: Es un símbolo de sumisión al fascismo mundial que ha utilizado la excusa de un virus para suprimir TODAS las libertades y obligar a la gente a ser el conducto de su propia humillación como ser humano. El tapabocas, como su nombre lo indica TAPA LA BOCA, es decir calla a la persona, ya que NO tiene derecho a decidir por sí misma si quiere llevar o no esa letra escarlata, el símbolo de su propia humillación y sumisión, pegado a su boca. Y, miren el titular de esta noticia del diario El Espectador de Bogotá, un periódico también fascista, que se dedica a promocionar vacunas asesinas y que es uno de los conductos de propaganda y lavado cerebral del sistema: “Pecado capital”, un juego de palabras con el que juegan con la psiquis de la persona para avergonzarla como si fueran la iglesia del medioevo: “pecado”, palabra a la que añaden “capital”, de la capital, Bogotá, o de la PENA CAPITAL o sea la pena de muerte, una amenaza doble de estos corruptos y degenerados periodistas, títeres del sistema que subliminalmente ya están justificando la “pena capital” o sea una ejecución ilegal por parte del estado a quien se atreva a desafiar la orden de estos Torquemadas modernos.
Toda la historia de la pandemia o de la “plaga medieval” es una operación psicológica de sumisión para suprimir TODAS las libertades y derechos: Derecho al trabajo, derecho de expresión, derecho de movilización, derecho a la huelga, derecho a la protesta, derecho a escoger su lugar de vivienda, DERECHO A EXISTIR. El estado se ha apropiado de la vida de la gente, sometiéndola de una manera viciosa, so pretexto de una falsa pandemia.
Dice la doctora Judy Mikovits, estadounidense que ha destapado TODA la podredumbre y mentira de esta pandemia y del establecimiento médico, acerca de los tapabocas:
“Los tapabocas en los paseos al aire libre y mientras conducen su auto me parecen algo descabellado. ¿No saben lo poco saludable que es seguir inhalando dióxido de carbono y restringiendo el flujo de oxígeno adecuado? ¡Sinceramente, no puedo creer en lo faltos de lógica en que nos hemos convertido!”.
¡A nombre de la salud además los quieren matar con una práctica poco saludable! Gente sometida y sumisa y con menos oxígeno en el cerebro, así se enfermarán o morirán más rápido, cortesía de la tortura medieval y del fascismo moderno. Además de que, con menos oxígeno en el cerebro, menos podrán pensar que el Estado lo que les está ordenando es un suicidio. En los Estados Unidos una mujer se desmayó manejando mientras usaba un tapabocas N95, estrelló su auto y se mató. (https://abcnews.go.com/US/driver-crash-passed-wearing-n95-mask-long-police/story?id=70346532)
¿Será que la gente deja de ser sumisa e ignorante de sus derechos como ser humano y se rebela contra esta moderna letra escarlata?
La gente que aguantan esta miseria del encierro y no rebelan contra, no merecen la libertad.